Alcanzar Grandes Cosas

 

Nunca pienses que tu clamor a Dios es en vano.  Tus oraciones son de altismo valor para el Señor.  Ellas son poderosas armas que El utiliza para hacer Su voluntad en la tierra.  El amor de Dios siempre procura lo mejor para la humanidad.  Las personas que oran pro estas cosas hacen equipo con Dios.  La oración logra grandes milagros en la tierra.

1 Crónicas 4:9-10.  Estos versículos nos muestran en primer lugar a un hombre llamado Jabes quien llego a ser mas ilustre que sus hermanos.  El término “ilustre” se traduce de la palabra hebrea “kabad” que quiere decir: honorable, rico, distinguido.  Este hombre llego hacer un hombre muy importante y próspero.

Su vida tuvo un comienzo muy difícil.  Fue llamado Jabes por su madre, que significa parto con dolor.  Talvez fue un parto seco, aquel en el que se pierde el liquido amniótico antes de dar a luz.  Esto complica todas las cosas para la mujer y para el bebe.

A pesar de esto, aquella dificultad o impedimento en la vida de Jabes no se convierto en el obstáculo definitivo.  El mas bien busco a Dios y clamo una obra sobrenatural en su vida.  Podemos leer en el versículo 10 que Jabes elevo su oración con certeza de que Dios es todopoderoso y puede transformar su vida a pesar de todas las dificultades que había tenido que enfrentar.  Esta fe agrada a Dios.

En s oración, Jabes pide varias cosas: bendición, ensanchamiento de su territorio, protección, liberación del mal.  Fue escuchado por Dios.  La Biblia dice que el Señor le otorgo lo que le pidió.  Por esta razón, el llego a ser mas ilustre que sus hermanos.

Podemos llegar a la conclusión que Dios usa la oración de sus hijos para librarlos de sus crisis, para bendecirlos y levantarlos por encima de sus obstáculos, de sus enemigos y de aquellos que se burlan y menosprecian la fe en Dios.  Nuestro Dios es poderoso para bendecirnos delante de nuestros adversarios.

Nuestra comunión con Dios no solo nos bendice al experimentar Su presencia, sino que como resultado de buscarlo El mismo nos honra, pues el Señor recompensa a aquellos que le buscan.