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Jesus Atiende a Quien Le Busca

 

A veces nuestra vida se encuentra en un camino sin salida, y como los problemas no distinguen clase social, llegan a todos; pero confía en Dios, El traerá salvación.  Un día el apóstol Pablo estaba encarcelado por la fe en Jesus, y tomo una decisión; buscar a Dios y alabar Su nombre.

El resultado no se hizo esperar, pues Dios envió Su ángel e hizo un milagro, y lo saco de la cárcel de una manera sobrenatural.  Dios es Salvador Todopoderoso en todos los momentos de nuestra vida, el es Salvador pro excelencia (Lucas 6:17).

Es muy importante ver aquí que el Señor Jesus no hace acepción de personas, El no excluye a nadie.  Jesus dejo Su gloria por amor a una humanidad perdida, El dio Su vida por todos sin excepción.  Murió por ricos y pobres, blancos y negros, ancianos y niños, derramo Su preciosa sangre por todos sin ninguna distinción.

Con esto el Señor Jesus nos dio ejemplo y enfatizo la importancia de mantener y fortalecer nuestra vida de comunión con Dios.

El pasaje nos añade diciendo: “descendió” Jesus no se quedó allá, y escogió un lugar para ensenar Su palabra y ministrar a una multitud necesitada (“se detuvo en un lugar llano”).  El Señor escoge el tiempo y lugar donde nos ensena, aunque algunas veces no nos gusta el momento ni el escenario.

El Señor Jesus atiende a quien le busca, El no rechaza a nadie.  En el contexto de hoy vemos que Jesus atendió a la multitud que le buscaba.  El pasaje nos dice “una gran multitud” de Judea (toda la región alrededor de Jerusalén), de la ciudad de Jerusalén (capital de Israel y ubicada al sur del país) y de Tiro y Sidón (ciudades puertos de Fenicia, país al norte vecino de Israel).

Es muy interesante ver que no todo eran judíos, que además muchos eran de la capital religiosa del país (Jerusalén) y que venían de realizar un viaje largo (los de Jerusalén ciento treinta kilómetros y los de Sidón setenta kilómetros, esta era un viaje de varios días en esa época).

El pasaje bíblico nos sigue diciendo: “venían para oírle” y “para ser sanados,” su deseo profundo era escuchar aquellas palabras de Jesus, pues este era un mensaje diferente, alentador, salvador, sincero y acompañado de la vida del Espíritu, ellos anhelaban el poder del Señor Jesus que transformaría sus vidas.

Ellos venían desde lugares distantes, seguramente cansados, pero Jesus no fue ajeno a su esfuerzo y fe, premiándolos con su bendición y sus milagros.  Nunca es en vano buscar a Dios.

En Dios no hay acepción de personas, Jesus atiende a quien le busca.  El Señor esta presto para ayudar y socorrer a todo aquel que le busca y clama su misericordia.  Dios es bueno y su misericordia es para siempre.

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