Recortes a Fuerza de Azadón Parte 2
Por otro lado, también hay personas que el Señor suele remover de nosotros, no necesariamente porque sean malas personas, sino porque el tiempo de la asignación de ellos en nuestras vidas, llego a su fin y aunque fue bueno tenerlas en un tiempo, llego el momento de su salida. Debemos pedir a Dios que nos ayude a entender cuando a alguien que estuvo con nosotros en un periodo determinado, hace su salida. Si Dios se lo llevo, no insistas en traerlo; si quiso cortarlo, no busques enmendarlo y si decidió darle muerte, no trates de resucitarlo.
El gusto, es otro de los anzuelos con el que nos tienta el enemigo; el es astuto y sabe que si no nos gusta su oferta, no tendrá éxito en su intento de hacernos caer rendidos ante ella. Pero el hecho de que nos guste tampoco legaliza que estemos enlazados a personas que atentan contra nuestra buena relación con el Señor. (Gálatas 5:16-17).
El Señor también espera que hagamos uso del “azadón” para trabajar con nuestros hábitos. Se define como habito, cualquier comportamiento repetido regularmente. Hay hábitos beneficiosos que generan disciplina y hay hábitos negativos que no nos llevan a ninguna parte; sino que nos adormecen, nos hacen perder el tiempo y afectan nuestra capacidad de producción. Estos hábitos entran lenta y sutilmente y se instalan en nosotros produciendo no solo resultados negativos, si no también mucha frustración.
Cuando minimizamos los actos negativos, estos llegan a controlarnos. Algunas personas dicen: “hacer esto de vez en cuando no es grave, una mentirita no es nada, etc.” Sin embargo, seria bueno recordar que Adán y Eva comieron una vez del fruto prohibido, que Ananías y Safira mintieron una vez y que fue solo una vez que Moisés golpeo la roca.
Si quieres eliminar tus hábitos negativos, remplázalos por hábitos positivos. Tal como lo declara el apóstol Pablo. (Efesios 4:25-32).
Por otro lado, según algunos hallazgos realizados acerca de la conducta humana, para formar un habito, una persona debe pasar de 21 días a 6 semanas haciendo lo mismo y luego de esto se hará parte de su accionar. Por ejemplo, si durante seis semanas pones la alarma a que te despierte a las 5:00 de la mañana, luego de haber transcurrido este tiempo, aunque no uses la alarma será habitual para ti el despertar a esa hora cada día. Partiendo de esto, ¡cuan provechoso fuera establecer durante 6 semanas la practica de algunas acciones, que, de volverse habituales, darían un giro de 360 grados de avance a nuestras vidas! Te animo a intentarlo.
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