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La Resurrección Parte 2 de 4

 

En tercer lugar, dice que estos cuerpos resucitados cada uno será único y diferente.  ¿Por qué?  Debido a que proceden directamente del cuerpo que fue enterrado y que traerán consigo nuestra personalidad la cual permanecerá.  Seremos reconocidos de la misma manera que hoy los somos.  Podremos mirarnos y reconocernos unos a otros porque estos cuerpos resucitados tendrán su vínculo esencial con este cuerpo original, aunque sea muy diferente adaptada a una atmosfera y un clima muy destinos.  Y aunque se trata de un cuerpo diferente, tendrá una semejanza única.  No todos nos veremos igual en el cielo.  Usted se parecerá a usted solo que todos mejoraremos.  Esto es un proceso maravilloso.  Mejorará nuestra apariencia, pero nos reconoceremos unos a otros.  Por eso dice que los cuerpos son en realidad distintos y aunque lo son cada uno tiene su propia gloria.  Ahora bien, alguien tira, “suave no creo que importe mucho como vida aquí abajo mientras sea salvo.”  Claro que importa y creo que esta es una de las diferencias que habrá de acuerdo con nuestra manera de vivir aquí.   

Cuando estemos delante de Dios y seamos recompensados por la vida que vivimos, ¿cuál será la recompensa?  La palabra de Dios habla de poner nuestras coronas delante del señor y darle la alabanza, el honor, la gloria y reconocer el mérito suyo por todo.  Considerando que algunas personas podrían tener un problema con eso hoy, cuando estemos frente a él la Biblia dice que conoceremos como fuimos conocidos.  No habrá ninguna objeción a lo que Dios haga en el juicio.  Estaremos 100 por ciento de acuerdo con él sobre la manera en qué nos vera.  En esa fracción de segundos, más rápido de lo que podríamos calcularlo en el tiempo humano, Dios nos mostrará nuestra recompensa y seremos uno solo de mente y corazón y estaremos de acuerdo con la recompensa que él diga que nos merecemos.  ¿Cuál es la recompensa que recibiremos?  Esta es la recompensa:  la manera en que vivimos aquí determinará nuestra capacidad para hacer que cosa para reflejar y glorificar al señor Dios todopoderoso durante toda la eternidad.  así que sí habrá una diferencia.  

Ahora dice en el versículo 42: “Así también es la resurrección de los muertos.  Se siembra…”  ¿Que se siembra?  Veamos lo que Pablo nos enseña.  Dice cuando ponemos a este cuerpo en la tierra, ¿qué clase de cuerpo ponemos ahí?  Se siembran o se entierra un cuerpo corruptible. Esto significa que se deteriorase y desintegran con todas sus enfermedades y su corrupción, pero Pablo dice que resucitara de otra manera.  Dice que se siembra en corrupción.  Se siembra en deshonra, versículo 43.  La muerte y la enfermedad podrían sorprendernos.  También se siembra en debilidad.  Este cuerpo se debilita cada vez más y más y por así decirlo alguien dijo que nos estamos muriendo todo el tiempo.  Pero dice que, aunque es corruptible y se siembra en deshonra y debilidad, ¿cómo se levantará?, Dios resucitará nuestro cuerpo, el mismo cuerpo proveniente del original, pero cambiado del todo.  ¿Como dicen que resucitarán?  Resucitará en incorrupción (versículo 42).  Eso quiere decir que nada podrá afectar el nuevo cuerpo resucitado que tendremos, ni enfermedades, ni tormentas, ni accidentes, ni nada podrá tocar en este cuerpo.  

En segundo, lugar dice que no solo resucitará en corruptible, sino que resucitará en gloria (versículo 43).  Se reflejará sin ninguna mancha.  Reflejara perfectamente la gloria de Dios.  También dice que resucitará en poder.  ¿Qué clase de poder?  El mismo poder que resucitó el cuerpo de Jesucristo de entre los muertos es el mismo poder que resucitara a nuestro cuerpo físico donde quiera que sea colocado.  Resucitará su cuerpo de la tumba y será transformado como de corruptible a incorruptible.  De deshonra a gloria.  De debilidad a poder.  Es decir, será resucitado con el poder sobrenatural del Espíritu Santo y el mismo poder que levantó el cuerpo de Jesucristo levantara su cuerpo.  Ahora, observen lo que dice en el versículo 45: “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente;…”  ¿De quién heredamos nuestro cuerpo físico?  De Adán.  Tenemos el mismo tipo de cuerpo que el tuvo.  Sigue diciendo: “...el postrer Adán,…,” este es Cristo, “espíritu vivificante.”  El primero fue hecho alma viviente, Dios sopló en él.  El último se convierto en espíritu vivificante.   

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