Raptos Pasados

 

El arrebatamiento sobrenatural de una persona o grupo de personas ha ocurrido varias veces en el pasado. Entre estos están Enoc, Elías, Jesús y algunos creyentes del primer siglo, y el apóstol Felipe.

Enoc fue testigo del mundo antediluviano. Después de liderar un avivamiento, Dios decidió llevarlo vivo al cielo (Génesis 5:23-24; Hebreos 11:5). El Antiguo Seder Olam, en la página 2, se refiere a la partida de Enoc como un éxtasis.

Elías el profeta vivió alrededor del siglo IX a.C. 2 Reyes 2:5 implica que todos los profetas sabían el día exacto en que Elías sería arrebatado. Esto debe haber sido un evento profetizado (2 Reyes 2:11-12). El Antiguo Seder Olam, en la página 97, se refiere a la partida de Elías como un éxtasis.

Jesús murió y resucitó. Después de dar instrucciones a Sus discípulos, Jesús fue al Monte de los Olivos. Desde el Monte de los Olivos Jesús ascendió al cielo. Un ángel les dijo a los que lo vieron ascender que Jesús regresaría exactamente como lo habían visto subir (Hechos 1:9-11).

Cuando Jesús murió en la cruz, muchos creyentes fallecidos resucitaron y salieron de sus tumbas. Muchos los vieron en Jerusalén; luego ascendieron. Esto es probablemente a lo que se referían los herejes cuando dijeron que la Resurrección ya había ocurrido (Mateo 27:50-53).

El Espíritu Santo guio al apóstol Felipe a testificar a un eunuco etíope. Una vez que el etíope entendió el evangelio y pidió ser bautizado, Felipe lo bautizó. Entonces Felipe no fue transformado en inmortal, sino que fue arrebatado instantáneamente a la ciudad de Azoto (Hechos 8:39-40).

Hemos visto a Enoc y Elías arrebatados sin ver la muerte. Hemos visto a Jesús ya algunos creyentes del primer siglo resucitar y ascender. También hemos visto a Felipe, aunque no le fue dado un cuerpo glorificado, arrebatado por el Espíritu Santo a la ciudad de Azoto.

Con la excepción de Felipe, todas estas resurrecciones fueron del primer tipo, para vida eterna. En contraste con la primera resurrección, el segundo tipo de resurrección se llama la Segunda Muerte. Esto ocurrirá en el Juicio del Gran Trono Blanco cuando los no salvos serán resucitados, juzgados y condenados al lago de fuego.

Vemos esta enseñanza tanto en Apocalipsis 20:4-6 como en Daniel 12:1-4).